Jandy Nelson
413 páginas
Alfaguara
ISBN 978956958313
Noah y su hermana melliza Jude son inseparables. Pero tres años más tarde, los hermanos ya no se hablan. Algo sucedió entre ellos Algo pasó y cada uno reaccionó de forma diferente...
Los primeros años de esta historia los cuenta Noah; los últimos, Jude. Lo que ninguno comprende es que solo conocen la mitad de la historia y que, si pudieran compartirla, tendrían una oportunidad real de regalarse el mundo que perdieron. y volver a empezar.
Los primeros años de esta historia los cuenta Noah; los últimos, Jude. Lo que ninguno comprende es que solo conocen la mitad de la historia y que, si pudieran compartirla, tendrían una oportunidad real de regalarse el mundo que perdieron. y volver a empezar.
Te daría el mundo es un libro que me ha encantado. De primeras, por poseer un personaje LGBT, que son tan difíciles de ver la la literatura juvenil (como si los jovenes LGBT no existieran). Y segundo, por ese estilo de realismo mágico tan exuberante que hace de la escritura de Jandy Nelson algo bastante único.
Noah y Jude son jóvenes, torpes, crueles y rotos. Y aman intensamente. E intentan crecer y ese crecimiento se ve en la narración, en sus actos, en lo que intentan y en lo que no por sus miedos y culpas. La perdida que sufren no hace más que acrecentar todas esas culpas y miedos y acelerar ese crecimiento cambiándolos radicalmente, volviéndolos autodestructivos.
Noah y Jude aman con una intensidad explosiva, que a veces los hace tomar decisiones equivocadas. Aman el arte, a su madre y se aman entre ellos, aunque hubiera periodos de sus vidas donde no lo parece. Aman a esos chicos que se cruzan en sus vidas y aunque sus miedo y culpas los acosen y persigan, ellos intentarán seguir adelante en nombre de ese amor al que sucumben.
Uff. ¿Qué más puedo escribir para decir que este libro me ha gustado tanto? Hace mucho que no leía sobre relaciones familiares que me atrapara de esta manera y que a la vez, me mostrara esa postura de vivir el arte que se siente en la misma piel. La escritura de Jandy Nelson atrapa de tal manera que es imposible creer que ella escriba y no se crea o no sienta lo que sus personajes sienten. La narración tiene tanto color como la portada del libro, es tan visual que atrapa al instante. Y aunque la trama es simple no deja de estar bien elaborada, combinando de manera magistral la narración en dos periodos de tiempo a la vez que salta de un narrador a otro.
Aunque la historia no les llame la atención, yo les diría que le dieran una oportunidad a esta historia.
Gracias a PRH por el ejemplar.
