Sergio Amira
116 páginas
Mitómano Cómics/Línea Estratos
ISBN 978956358650
Toda road movie posee tres cosas en común: autos clásicos, carreteras, y personajes marginales. Mad Love 500 tiene de todo lo anterior; el protagonista conduce un Ford Galaxie 500 por rutas alejadas de los centros urbanos; su camino se cruza con el de una pareja de adelescentes que han huido de sus hogares; con un profesor de Cambridge aburrido de la cademia; y con un misterioso escritor cubano autor de un libro infinito... Y hasta ahí llegan las comparaciones.
Mad Love comienza con El Protagonista, un hombre del que nunca sabemos el nombre, quién va en busca de pan mientras piensa en el sentido de la vida, cuando es interceptado por Ford TimeLord, un Ford Galaxie que habla y se conduce solo, quién lo toma como autoestopista y a quién acompaña Alan, una cabeza de hierro de tres caras que duerme en el asiento del copiloto. Lo sé, todo es muuuuy extraño. Más extraño se vuelve cuando deciden llevar a dos adolescentes fugados hasta Quillota, aunque en una de las paradas que hacen, el chico de la pareja los abandona. Entonces, Protagonista, Marcy (la chica), Alan y Ford se dirigen hacia Quillota, donde hablan con el peculiar escritor y de donde deben salir huyendo, porque La Compañía (organización que aparece en las otras obras de Amira y que, si debo simplificar, es una especie de organización de espionaje) persigue a Protagonista para asesinarlo y de paso, existe la teoría de que Marcy no es humana y es parte de La Compañía para destruir a Protagonista.
Leí Mad Love 500 hace varias semanas. Y medite bastante sobre qué es lo que quería escribir sobre el libro, porque la historia es bastante peculiar. Sergio Amira tiene la costumbre de mantener un universo único, por el que se mueven sus obras (tanto individuales o colaborativas). Mad Love no es la excepción, teniendo elementos de Psique como de Identidad Suspendida. Además, su estilo narrativo es muy determinado, mezcla la trama con largas conversaciones entre los personajes o monólogos cargados de miles de conocimientos que a primera vista, no vienen a cuento y que podrían confundir fácilmente a un lector poco atento. El libro tiene un ritmo bastante rápido si dejamos de lado la información random, hay mucha acción desde la segunda mitad del libro y el final es bastante abierto para querer saber que pasa en el siguiente libro.
Aunque es un extraño, eso mismo lo hace una lectura ideal para desconectar de las lecturas habituales.
