Usualmente compartimos entre
nosotros nuestras opiniones sobre libros ―si nos gusta, si está bien escrito,
si los personajes son bien construidos, su evolución o si el libro tiene lindas
portadas― pero no la experiencia misma de leer.
En una reseña podríamos poner cual libro nos hizo llorar o reír, o que lo odiamos
por completo. Pero no pasa de eso porque estamos centrados en el
libro más que en nosotros mismo. Entonces, ¿cuál
es mi experiencia de leer? Me quedé pensando y decidí que
tenía muchas ganas de compartir mi experiencia, como es mí día a día con un
libro en mis manos.
Un libro es un universo, un
mundo. Uno puede perderse en ellos,
evadirse del mundo o, por otra parte, complementar su día a día con ellos, ser
un viajero entre dos realidades. Como soy una lectora rápida, que no
equivale que no comprenda lo que leo o que lo olvide fácilmente, devoro
muchos libros semanalmente. A veces más de lo que debería y a veces muchos
menos de los que me gustaría.
Tengo la capacidad de ir leyendo
y aunque vaya en una línea, mi cerebro ya está registrando la siguiente, quizás
por esa razón leo tan rápido. Pero debido a esto y a mi sinestesia, la
experiencia de leer se vuelve una cosa exquisita. Es
como ver una película en tu cerebro, que se desarrolla a medida que las
palabras se van uniendo. Sientes el olor de los bosques, el choque
de las espadas de una batalla, la brisa del mar,
la angustiante sensación de claustrofobia de encontrarte en una noche
oscura huyendo de unos pasos que te siguen y el delicioso olor de un
pastel recién horneado. ¡Y los colores! es como tener un dispositivo de HD todo
el tiempo en la cabeza. No hay nada más satisfactorio además, el encontrar una
historia oculta tras el libro que estás leyendo, eso que el autor puso ahí como un tesoro secreto para que los
lectores podamos encontrarlo.
Y así, casi sin querer, me veo
terminando un libro maravilloso en una tarde. Y varios durante una semana. A
alguna gente esto les parece una especie de crimen, como si la velocidad
de una lectura determinara los niveles de disfrute de un libro. Aunque no
siempre alcanzo esos niveles de lectura. Hay días (como hoy, por ejemplo), en
que me siento desganada, o como si mi mente
flotara y no me puedo concentrar lo suficiente, por lo que los
libros se quedan apartados porque la magia de leer no funciona.
También soy adicta a parar en
medio de una lectura para releer una cita que me guste y suelo anotarlas en mi Evernote o en Goodreads,
porque soy una loca con el hecho de no rayar los libros. A lo más, soporto
dedicatoria del autor o de la persona que me lo regaló. No uso post-it ni nada
de eso, nunca me ha llamado la atención de llenar un libro con notitas de
colores.
En fin, esa es más o menos mi
experiencia de leer. Sé que me estoy dejando muchas cosas fuera pero es
básicamente lo que siento al leer y lo que hago mientras leo.
Y ustedes ¿cómo es su experiencia
de leer?